Muerto

Porque el tiempo está muerto, porque la muerte está muerta es que vivimos,
Somos el anverso de la eternidad, la infinitud procesada y vertida en estos moldes.
Porque el tiempo murió heredamos su ausencia,
Poseemos el vacío, somos dueños de imposibles y a la vez sus miserables
esclavos.
Se nos acaba el tiempo de irlo matando, de profanar su cadáver insepulto y por
matar a un muerto nos condenan.
Llevamos en nuestras espaldas la muerte del tiempo
Y el muerto se ríe, aun sin voz y sin sonido se ríe pero nosotros escuchamos,
Como crujen sus fauces rasgando nuestras carnes, duelen esos dientes invisibles;
Tratamos de aventar su peso, de buscar quien nos lo quite de encima, pero cada
cual se atasca en la misma agonía.
Y apuñalamos su muerte con la esperanza de acabar su inexistencia,
Bebiendo licor, con sexo, comidas y viajes
Profesiones y delitos que contrarresten su herencia intangible
Que nos hace poseedores del absoluto y a la vez ilegítimos testaferros
Dueños de una sola certeza; el cadáver del tiempo acoplado a nuestra muerte
constante.

Voy a morir un día como hoy, como cualquier otro con su carga de horas,
porciones simétricas y exactas de pulsos, inspiraciones, sueños y desengaños.
Voy a morir como animal tranquilo, como perro apaleado, como se debe, con
todas las letras y versos agolpados en la garganta, sin decir, tan muertos los
poemas y la poesía como yo.
Si muero de día el sol será testigo de que mi alma no transmuta, la electricidad de
mi cuerpo descargará a tierra, se evaporará en el agua y si tiene suerte será parte
del rayo de otras tormentas.
Si muero de noche la luna será testigo de la gravidez de mi sangre en
concordancia con las mareas y la savia de los árboles, se negará a desoír la voz
profunda, los silencios escondidos en la noche como porción minúscula de la
eterna sinfonía.
Voy a morir definitivamente luego de esta muerte lenta que es la vida, luego de ir
dejando pedazos en el trayecto, uñas, cabellos y demás laceraciones regulares.
Voy a morir y les contaré cuando regrese, cuando encuentre la voz adecuada para
modular el mensaje a través de un código perpetuo. Si muero o haga lo que dicen
es morir, les dejaré piedras en los zapatos, les dejaré un grillo bajo la almohada,
un dios sin misericordia además de los huesos.
Cuando esté muerto y no quede ni el sepulcro, en el completo vacío, en la nada
absoluta; yo estaré y quizás ustedes me acompañen.