LA NOCHE DE TU MUERTE
Ardía ya la tarde,
en albores de sangre
retumbaba el sol,
gloriosa muerte.
La dama negra llegó,
oscura como las fosas,
aullando como lobo a la luna,
la ventisca abriendo heridas,
hincando ponzoña en la carne trémula.
A media noche gimió el campanario,
chillaron las lechuzas,
el viento trajo un vaho lúgubre,
a moho y hollín,
a rosas marchitas.
En la rama suspiró un gorrión,
una lágrima cayó sumisa
sobre la piedra fría,
El grito del halcón descorrió el aire,
desde un punto ciego,
un grupo de murciélagos aleteaban,
dejando una estela de espanto.
Aquella fue tu muerte,
tan amarga como el adiós sin querer,
tan dulce como el cáliz de una flor.
GRISELDA RAQUEL VILLAGARCIA
MARZO 2024
Analía
La mayoría de las metáforas utilizadas están muy lejos del estereotipo. Son originales, bien elegidas. Y la personalización de, por ejemplo, la lágrima, el gorrión… excepcionales. Utilizas verbos distintos en frases que reverberan así de lirismo. Acercas y alejas y vuelves a acercar al lector por la extrañeza que provocan.