Azul muerte
La azul muerte se presentó de visita.
El pueblo le dio una acogida
llena de adeptos a sus besos
con aroma cerúleo.
La azul muerte se desliza por los cuartos derruidos;
proyecta sombras en sabanas sepias;
en oscuros espejos se reflecta
una sensación de descenso de temperatura.
El dolor es oceánico
en su inmensidad
y no conoce la misericordia;
sus aguas no entienden del perdón.
La tristeza marfil de nuestros cuerpos
designio de hambrunas y pestes,
en perlas pálidas se trasmutan
nuestros ojos.
En el silencio
se abren los azules labios
decorados por hortensias.
Azul es también el pensamiento de la tarde;
la hora de nuestra azul muerte
que oscurece los días
de un pueblo
en azul
sin cielo.