Descripción
El diálogo es una entidad de orden superior que se desmarca plenamente de las conversaciones tal cual y como ellas se inscriben en los marcos tradicionales de jerarquías y dominación de uno de los dialogantes. El diálogo, en la perspectiva levinasiana, uno de los apoyos teóricos en que sustenta la autora su investigación, va más allá del preguntar y el responder como actividades rutinarias; el diálogo, de acuerdo con su trabajo, exige adentrarse en el territorio del otro para reconocer, en él y en su lenguaje, la validez y la legitimidad de la diferencia. El diálogo, al margen de las singularidades y diferencias de cada subjetividad, es la única entidad o elemento que puede posibilitar a las personas la convivencia armónica y respetuosa y la racionalidad del mundo de la vida independientemente de las divergencias y de la diversidad de ideas y creencias respecto de cualesquier fenómeno o asunto del mundo.
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