La piedra roja
“Bienvenida señorita”
Retumbaron las palabras, mis oídos incendiados y mi inocencia en llamas.
“La piedra roja”
Murmuraban tras la puerta;
Ha llegado con todo el peso que prometía y la recibo con nostalgia disfrazada de
alegría.
No quisiera, pero me despediría
de la niña que en mi aún vivía.
Mala piedra, mala mancha,
Qué murmullo tan ruidoso.
Hoy mis versos son un grito de revolución,
¡No soy una mujer, soy una niña en transición!
Enciendo la llama que llevo dentro
Para que ninguna vuelva a llorar en silencio.
Falsa creencia, vergüenza castigadora,
Tan cegadora que disfrazaba a mi leal compañera,
Como si fuese una dolorosa piedra.