Descripción
El estancamiento de la economía internacional, la desaceleración de los precios de los minerales y la salida de los capitales que acompaña al actual proceso de enfriamiento de la economía han puesto al descubierto las debilidades del modelo: la inexistencia de aumentos genuinos y generalizados de la productividad, el relativo atraso en la educación y salud de calidad, la persistencia de brechas tecnológicas y de productividad entre regiones y entre sectores, la desigualdad en la distribución del ingreso, etc. Todo ello junto a una estructura productiva que es menos agrícola e industrial y más productora de bienes y servicios no transables de baja productividad, y donde se encuentra el grueso de los trabajadores informales y no calificados.Esta situación de crisis del modelo neoliberal confluye con una crisis política de envergadura. Veinticinco años de neoliberalismo configuraron una institucionalidad política que le es funcional. Ello explica, entre otras cosas, la ausencia de educación de calidad, la persistencia de la desigualdad, la informalidad y un crecimiento económico que no se basa en aumentos de la productividad y que arrasa los derechos de los pueblos originarios. Se trata, entonces, nada más y nada menos que de una institucionalidad extractivista y rentista.Este es el marco que el autor describe a través de una selección de sus artículos publicados durante el último cuarto de siglo, donde analiza la vida económica del país y deja en evidencia el agotamiento del modelo económico así como la profunda crisis política actual que han generado una «coyuntura crítica» cuyo desenlace puede ser la convergencia de fuerzas sociales y movimientos políticos nuevos que inicien la transformación del país desde el poder político.
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