Descripción
Una nueva moral se está imponiendo. No hay ámbito civil en el que no prevalezca: en la universidad, en las tertulias, en la política, en los periódicos o en las series de éxito. Muchos de los valores predominantes relativos al cuerpo y a la sexualidad conforman una ideología llena de tabúes irracionales. Han vuelto las formas inquisitoriales a las cuestiones opinables de moral pública. Aunque esta nueva moral es asumida por todo el espectro ideológico, prevalece en la izquierda. Esta, que lideró la revolución sexual y de las costumbres en los años 60 y 70, ha mutado en una izquierda reaccionaria, moralista, woke. No concede legitimidad a las intenciones y deseos de los individuos; no cree en la libertad y en la igualdad; quiere imponer sus valores; quiere salvarnos a todos, a pesar de nosotros mismos. No obstante, no hay una respuesta «de izquierdas» al boxeo, la pornografía, la maternidad, la alimentación o la prostitución. Es más, en todos estos ámbitos ha mantenido posiciones radicalmente opuestas en el pasado, y esperamos que lo haga en el futuro.
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