Descripción
Hay historias que deben contarse y esta es una de ellas. Todos tenemos motivos para vivir, pero los planes cambian, en ocasiones, le dan un giro a lo que dábamos por hecho y nos dan la fuerza necesaria para sacar lo mejor de nosotros cuando las dificultades y los obstáculos aparecen. En cada palabra que he escrito reflejo mi gratitud con la vida, porque, más allá de limitarme, me demostró el amor incondicional de mi familia, la importancia de entrenar el cuerpo, la mente y el espíritu, que mi voluntad es infinita y que puedo lograr todo lo que me proponga poniendo en alto que la discapacidad no es sinónimo de incapacidad ni de minusvalía, sino que es una condición que la vida me otorgó para mostrarle al mundo que todos podemos, todos somos iguales y que mis ganas por luchar y salir adelante han sido la clave para probar que la fe se ríe de lo humanamente imposible.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.