Descripción
Nos dijo: Soy el ángelque odia este trabajo; yo obedezco.Un ángel, educado sí, pero nos expulsó.Nos llevó a un nuevo sitio sin gestos de verdugoy sin modificar el rictus de su imagen.Amable, angelical y casi mudo,nos donó otro jardín mas descuidado.Era un lugar mortal, nos pareció,en un sitio cercano y diferente.Fue como descubrir de pronto que unos besosnos buscasencon un nuevo sabor por definir;algo así como si todo hubiera sido el gran principiode otra vida distinta.Vacíos de memorias, solos completamentey desnudos de huellas, iniciamosallí un tiempo sin ángeles ni dioses.Quizá ya todo fuera más sencillo.Lo cierto fue que no nos castigó aquel ángel.Lo noté por su llanto, muy a escondidasincluso de su Dios.Así me lo contaron, dicen. Y lo cuento.Quizá a partir de entonces todo fue más sencilloque su dificultad.
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