Descripción
Porque siempre hay conversaciones inacabadas, por falta de tiempo o de ganas. Notas inconclusas. Aquello que hubieras querido decir y no dijiste. Miedos, recelos, inseguridad…, esa vez bloquearon tus palabras o se llevaron las apropiadas.¿Cuántas veces has escrito un último mensaje sujeto entre dudas que hubiera querido decir mucho más?Tus deseos, al igual que las letras de una larga carta, se descubrirán volcando más realidad justo al final, justo en ese tiempo indeleble de una breve posdata…Una posdata que, tras dos puntos, como la cima de un iceberg, terminará confesando que, a menudo, existen silencios ocultando su verdadera magnitud.Posdata: Al final somos las sonrisas que perseguimos y las que alcanzamos, las lágrimas que cayeron y las que aguantamos, las experiencias sentidas y las que nos marcaron.El resto siempre dio igual, pero no lo supimos a tiempo.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.