Descripción
Gabriel García Márquez es, junto con Ernest Hemingway, el escritor no cubano más difundido en la Isla. Esta crónica devela de cabo a rabo sus vínculos con Cuba desde que en el Caribe colombiano se fascinó con la música cubana -Pérez Prado, el Trio Matamoros- y se entusiasmó con las radionovelas de Félix B. Caignet, y sigue el día a día de su estancia habanera, primero en 1959 y luego a partir de 1975 para abordar sus fraternas relaciones con Casa de las Américas y sus desvelos por la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y la Escuela de Tres Mundos. El libro recoge con igual pasión la admiración del colombiano por Alejo Carpentier, Elíseo Diego, Lezama Lima, Lisandro Otero y el «herrnanazo» Fernández Retamar; sus comidas y los boleros mojados en whisky que cantó a dúo con el gran pintor Roberto Fabelo. Su amistad con Fidel Castro ocupa asimismo espacio en estas páginas, igual que las misiones del narrador como agente secreto del mítico presidente cubano. Un Gabo, en suma, visto desde hoy, en un retrato hablado, por los que lo quisieron y los que no lo quisieron tanto, y que cuenta en la ciudad con el monumento que, más que con bronce, José Villa Soberón esculpió la imagen con el cariño y el agradecimiento de sus lectores cubanos.
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