Descripción
Quien recibe el don de la palabra sufre una pérdida en su ser. Una brecha. Solo por tener la facultad del habla estamos incompletos, rotos, castrados. Si estamos asustados, si nada nos parece suficiente, si la vida nos plantea interrogantes, es por tener con nosotros la palabra. A la naturaleza, por el contrario, nada le falta.Pero al mismo tiempo la palabra es la condición de la poesía. Este libro quiere celebrar, sin embargo y pese a todo, la existencia. Celebrar, pese a todo, la palabra. Festejar la vida porque somos imperfectos y porque somos capaces de crear seres imperfectos. Porque de nuestra falta es precisamente de donde nace el deseo.
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