Descripción
El Bar de la esquina, de aquella esquina antigua donde los sueños se paraban a ver por la vidriera. El Bar nuevo, ese que ahora es tu refugio de la ciudad enloquecida. El Bar de los amigos, de las citas y de los amantes furtivos; el del fútbol a gritos, ese que fragua a los más sabios DT del mundo, que por cierto, es el mismo capaz de fundar partidos políticos y revoluciones. La mesa en la que siempre estará ella, esperándote, o él, tan borracho de ausencias.Allí donde las putas y los navegantes y cazadores furtivos estacionan los besos que no se pueden dar a cielo abierto; allí, en donde toda la música va a parir canciones clandestinas.El Bar del café frío olvidado en la charla, el de los ojos que se cruzan desconocidos y que se prenden fuego en un hermoso nunca másEl de los cuatro amigos, los eternos, los simples, los perdedores que cambian su suerte cada vez que atraviesan la puerta del encuentro.El Pepe, el gran cantor nacional, el Trelles del diluvio que se nos vino encima del alma, entró un día a ese Bar, y como el Flaco de la Bicicleta decretó: Hágase el milagro, y escribió las historias que hoy nos acunan en este libro mágico de ángeles canyengues.Si el gran Horacio Ferrer leyera hoy estos cuentos diría que la luna, de Callao, pasó a rodar entre los hombres; y se iría cantando, a saltitosporque uno, a veces,no sabe nada,nada recuerday hasta se olvidaque uno tení¬ala vida puesta.dejando un beso en la frente de este José Ángel Trelles escritor, dueño de todos los milagrosD.L.
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