Descripción
El escenario de los versos está construido sobre el antiguo hospital de Calafell, ubicado en las playas de San Salvador-Comarruga y regentado hasta 1969 por la Orden Hospitalaria de los HH. de San Juan de Dios, muy activo, pues, en la época que nos refiere el poeta. Allí se trataba a niños afectados de tuberculosis infantil o de aquel brote de poliomietitis, de origen aún sin aclarar suficientemente y que afectó a centenares de niños de esa generación, dejando secuelas más o menos importantes. Yo recuerdo haber estado por el lugar en los años sesenta y siempre me pareció un sitio singular, como un gigantesco y silencioso barco varado en la playa, con la pasarela que cruzaba la carretera y lo unía al mundo, a las urbanizaciones donde pasábamos algunos días del verano. Era el sanatorio un lugar especial, casi irreal, espectral. A mi, adolescente, me producía un cierto respeto por su aire un tanto mariembadiano. Desde este escenario, revivido en una visita llena de nostalgia, el poeta nos transmite esas sensaciones con la perspectiva del niño que fue y que estuvo allí ingresado, pero con el fino análisis del adulto que ve cómo despierta un sueño de la infancia que creía dormido para siempre en el fondo de su subconsciente. Y descubre y desnuda esa parte esencial de su vida a través de una clave lírica, cargada de imágenes de una enorme fuerza, de una hábil intemporalidad y trufada de gotas germinales de acidez y rebelión. (Miguel Ángel Yusta, fragmento del prólogo)
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