Descripción
El que se inicia en la búsqueda de Dios sufre un proceso similar al que vive una mujer embarazada. Al principio nada siente, nada detecta. Solo algunos síntomas comunes a otras emociones del alma y cuya causa, Dios o sí mismo, le será difícil discernir. Sostenido por la fe y la esperanza de que en algún momento de su vida Dios le mostrará su rostro, continuará en el empeño. Hasta que un día, el menos pensado, sentirá el primer movimiento divino y, a pesar de que en el fondo lo esperaba, se sorprenderá. Se llenará de gozo, y todo será pasmo y agradecimiento a Dios, que compensó con creces su larga espera. Ese leve movimiento puede ser la emoción de un segundo, un pensamiento que pasa volando, una idea fugaz Un toque suave, pero que en su momento dará su fruto. Porque la acción del Espíritu siempre es fértil y siempre deja en nuestro interior un poso de nostalgia.Un poso de nostalgia y la certeza de que el milagro de la oración, como el milagro de la vida, es real. Real. Como lo es ese rostro divino que buscamos con tanto anhelo. Cristina González Alba nació en Sevilla. Estudió la carrera de Derecho en la Universidad Hispalense, donde ahora ejerce su profesión. Durante veinte años vivió en distintas ciudades de Argentina. Trabajó como abogada en Bahía Blanca y ejerció la docencia en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales en la ciudad de Río Grande. Publicó su primer libro, Orar con el Rosario, en esta editorial, en la colección Hablar con Jesús, en la que continuó participando con otras publicaciones.
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