Descripción
La violencia y el abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes se constituyen en una realidad inmediata que, aunque se disfrace con el silencio y la indiferencia social, resuena en las voces de quienes toman la palabra para romper con este goce perverso. Estas situaciones acontecen en los núcleos intrafamiliares e instituciones escolares. En nuestro país, por medio de los Departamentos de Consejería Estudiantil (Dece), se ejercen actividades de prevención de violencia y se interviene, siguiendo las rutas legales respectivas, cuando alguna situación de violencia sexual ha sido cometida o detectada en los espacios escolares y educativos. El Ministerio de Educación del Ecuador ha emitido protocolos de actuación basados en las leyes de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, las cuales deben ser consideradas en la actuación de los profesionales psicólogos del Dece. Se propone al lector abordar la temática, en primer lugar, siguiendo las consideraciones generales sobre la sexualidad humana tejidas en la teoría del psicoanálisis lacaniano y, aunque incomode al lector, es indispensable revisar la estructura clínica de la perversión. Se continúa con una profundización de la categoría pedofilia y abuso sexual que han sido consideradas por varias áreas del conocimiento como la psiquiatría, la sociología, lo jurídico. En segundo lugar, se determina trascendental conocer sobre la intervención que se sostiene desde el psicoanálisis lacaniano frente a una situación de violencia sexual que puede atravesar un sujeto sea niño, niña o adolescente. Finalmente, se puntualiza sobre los límites con los que se topan los profesionales de psicología dentro de los departamentos de consejería estudiantil una vez que ha sido detectado un hecho de violencia lo cual compromete una ética para quienes han hecho una elección por la práctica del psicoanálisis lacaniano. Concluyo e invito a los lectores a preguntarse: ¿cómo tomar una posición real y ética contra la perpetración de la violencia? Una pregunta que atraviesa la condición humana.
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