Descripción
El «método masónico» y lo que justifica que una persona decida formar parte de esta organización, consiste en un aprendizaje a través de «signos y no palabras, porque estas limitan», según afirman los iniciados de esta Obediencia universal.Pero el costarricense Manuel Marín Oconitrillo, dedicado desde hace años al cultivo de la canción culta (lied) y de la literatura en casi todos sus géneros, y radicado en Colonia, Alemania, desde el año 2000, ha debido pensar todo lo contrario al disponerse a verbalizar con esfuerzo y buen gusto los símbolos más reconocibles de esa institución filantrópica de carácter iniciático, todavía rodeada de un halo de misterio del que no ha podido despojarse a pesar de sus esfuerzos recientes por divulgar sus creencias y sus prácticas.(Del prólogo de Juan-Manuel García Ramos)
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