Suspiro del recuerdo
Me niego a aceptar que ya no estás entre nosotros, me resisto a la idea de no
volver a contemplar tu rostro ni a escuchar tu voz, me rehúso a perderte sin la
esperanza de hallarte de nuevo.
Las noches caen en silencio, como las lágrimas que brotan de mis ojos al
reconocer tu ausencia. Tu semblante, sumido en un sueño profundo, se aferra
a mi mente, pero también perdura la imagen de tu esencia luminosa.
Palabras, abrazos, risas y carcajadas, entrelazadas en un recuerdo que,
aunque agridulce, agradezco haber compartido durante tu breve paso por esta
vida.
Mantengo la esperanza de un reencuentro, quizás en otra dimensión, en un
sueño, en la brisa, en el trino de los pájaros, o en el destello de las estrellas en
el firmamento.
Sé que habitas en algún rincón del universo, y aunque me resisto a aceptar tu
partida definitiva, el bello recuerdo de quien fuiste sigue latiendo en lo más
hondo de mi ser.
Son apenas recuerdos ahora, pero laten con fuerza desde el refugio de mi ser.