Descripción
Es casi seguro sentir soledad en los campos, en las casas deshabitadas, en los parajes solitarios, también en las tardes de los domingos, sin embargo, la soledad puede estar en lugares insospechados, en la sordidez de las ciudades, en recintos llenos de personas, en el bullicio de las calles; a la vuelta de la esquina la soledad puede atacar. Nadie se salva de su compañía, a veces benévola y sanadora, a veces pesada y mordaz.Hay tantas soledades como seres humanos en la tierra, y tal vez muchas más.Bienvenido a estos mundos interiores que a veces buscamos ocultar.
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