Descripción
No todo el encanto, el dulzor y el duende se encuentran dentro de las palabras que el poeta usa en la rima que riegan sus versos, es obvio que el escritor cuenta, porque lo sabe, que dentro del alma, del sentimiento del lector se esconde todo lo afirmado con anterioridad. El poeta escribe para hacer brotar el delicado encanto que se guarda dentro, allí donde con más ardor lo sentimos y tales versos hacen que surjan, como si milagro fuera, la gracia que el humano derrama a la menor complacencia.Verdad, como se asegura en el prólogo, que la poesía erradica todos los males que, en un momento dado sufre el lector, así como los peores entendidos que con tanta frecuencia surgen en confrontaciones inútiles con otras personas y que mal pueden llegar distorsionar todo cuanto somos y que dentro de nosotros portamos como seres humanos que somos.El arte de versificar, sí, dentro se lleva, por lo que no deja de ser lógico que toda persona que tenga el gusto y la oportunidad de dedicar un tiempo a esta tarea, tome la pluma y el tintero y sobre el papel escriba los ripios que a la cabeza le vengan, pues sin duda sus capacidades llegan para hacernos olvidar los momentos que no han sido gratos en nuestra existencia.Ser feliz, estar alegre, se alza por encima de todas las cosas que nos rodean. Así queda reflejado aquí, en el Paraíso de la Memoria.
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