Descripción
Jonathan se reconoció a sí mismo en el reposo de aquel hombre abandonado por el tiempo. Su destino era inevitable y el temor implacable. Trató de huir de sus recuerdos más remotos, pero todos los había gastado de tanto usarlos; en busca de ayuda, llamó a Repa usando las palabras y sin ellas, pero ésta vez no contestó, intentó esconderse en algún agujero negro, o escaparse a los confines del olvido, pero estaba anclado a la realidad. Una vez agotadas sus fuerzas, comprendió que, una de las mayores frustraciones del ser humano es descubrir que no puede huir de sus tragedias.Cuando se estaba quedando sin esperanzas, se acordó de Dios.
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