Descripción
«Sigo soñando con que la única curva que me importe algún día sea la de su sonrisa al verla sonreír».El diagnóstico de una enfermedad crónica, como la diabetes, es muy duro. Recuerdo que el día que me diagnosticaron diabetes dejé de ser yo para convertirme en una nueva persona, con más responsabilidades, preocupaciones e incluso miedos. Lo que no sabía es que con 7 años el mayor peso lo llevarían mis padres y ellos serían mis manos, mis ojos y mis decisiones hasta dejarme tomar las riendas de mi vida.En estas páginas leerás sobre los primeros años desde el debut y podrás ponerte en mis zapatos para entender lo que recuerda una niña con diabetes a su edad adulta. El proceso de duelo, de equivocaciones, de adversidades, pero también de alegrías. Vividas no solo desde mi perspectiva sino también desde la de los padres, los amigos, los profesores porque la vida es cuestión de actitud y yo espero que estas páginas te permitan ver que sonreír también es posible tras el diagnóstico.
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